Los efectos de la polución son, en la actualidad, un grave problema que afecta al conjunto de la sociedad. Que la contaminación del aire es nociva para todo lo que tenga que ver con la salud es un hecho de sobra conocido. Está demostrado que aquellas personas que viven en ciudades con altos niveles de contaminación tienen más posibilidades de desarrollar problemas respiratorios de distinta gravedad, así como enfermedades cardíacas. Pero ¿cómo podemos proteger nuestra piel? Sigue leyendo para descubrirlo.
¿Qué es la polución y cómo afecta a nuestra piel?
La polución es la contaminación del medioambiente, sobre todo del agua y el aire, que tiene su origen en los residuos producidos por procesos industriales, biológicos o por la actividad humana. Estas partículas pueden permanecer décadas en el ambiente.
Si tenemos en cuenta que nuestra piel es la primera barrera con la que se encuentra la polución, es fácil imaginar los devastadores efectos que provoca en ella. El humo de los coches, los agentes contaminantes de los propios hogares y todas las emisiones que, cuando salimos a la calle, inhalamos y se impregnan en el cutis deterioran su estado.
En concreto, se produce un envejecimiento prematuro, aparecen manchas en las zonas más expuestas y se empiezan a marcar las primeras arrugas. Pero, además, la piel comienza a perder elasticidad y su tono se vuelve más apagado.
Los agentes contaminantes promueven el conocido como estrés oxidativo, mecanismo por el cual se libera una mayor cantidad de radicales libres en nuestro organismo. Estos hacen que la producción de colágeno se reduzca drásticamente, así como la de ácido hialurónico y elastina. Por otro lado, también contribuye a debilitar las membranas de las células.
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El diminuto tamaño de estas partículas hace que penetren sin dificultad en los poros de la piel y los obstruyan. Esto provoca que no sea posible eliminar la grasa a través de ellos de forma natural, por lo que acaban apareciendo espinillas y puntos negros.
Por otra parte, aquellas personas con enfermedades inflamatorias de la dermis, como el acné o la psoriasis, experimentan, en un ambiente de polución, un repunte de sus síntomas: más inflamación, sequedad y picor. Además, recuerda que no solo estas partículas son nocivas, sino también la luz artificial y los rayos UV son factores que contribuyen al deterioro prematuro de nuestra dermis.
¿Qué podemos hacer para protegernos de sus efectos?
A pesar de las malas noticias, no todo está perdido. Existen una serie de hábitos de cuidado facial que puedes adoptar y que te van a ayudar a proteger la piel de los efectos de la polución. Son los siguientes:
- Limpieza diaria. Esta es una de las rutinas que debes seguir a rajatabla, aunque te encuentres cansada o tengas mucha prisa por la mañana. Has de limpiar a fondo tu rostro (por la mañana y por la noche) sin importar que hayas usado maquillaje o no. De hecho, puedes hacer la prueba. Un día que no te hayas maquillado utiliza tu producto limpiador antes de ir la cama. Verás cómo el algodón retira suciedad acumulada. Nosotros te recomendamos efectuar una limpieza suave por la mañana y una más profunda antes de acostarte. Pero nunca te saltes el cuidado facial. Asegúrate también de que los productos que elijas para llevarlo a cabo son los adecuados para tu tipo de piel.
- Protección. Usa protectores solares de amplio espectro, ya que el sol, sobre todo en las horas centrales del día, puede convertirse en un gran enemigo de tu piel. No olvides utilizar productos con un factor medio-alto cada vez que salgas a la calle, incluso en invierno.
- Hidratación. Bebe mucha agua, al menos dos litros diarios. ¿Por qué? El agua te va a ayudar a disolver esos agentes tóxicos para expulsarlos.
- Dieta antioxidante y antiinflamatoria. Esta consiste básicamente en optar por alimentos ricos en antioxidantes, como, por ejemplo, las verduras, las frutas, el pescado, los cereales o el aceite de oliva.
¿Por qué son tan importantes los antioxidantes?
Los antioxidantes son fundamentales, tanto en la dieta como en los cosméticos, porque neutralizan la acción de los radicales libres, responsables del envejecimiento de la piel. Su empleo en productos cosméticos contribuye a reforzar los mecanismos naturales de los que dispone tu piel y que, con el paso del tiempo, van perdiendo fuerza.
Como has podido comprobar, los efectos de la contaminación en la piel pueden ser devastadores. Por este motivo, es muy importante que prestes especial atención al cuidado facial. No es necesario que para ello utilices decenas de cosméticos, solo has de escoger aquellos específicos para proteger la piel. Respecto a la dieta, consume frutas y verduras que sean ricas en licopeno, betacarotenos y vitaminas A y C. Verás que, manteniendo esta rutina, logras paliar los efectos de la polución en tu piel.