La limpieza facial, un aspecto clave en el cuidado de la piel

La limpieza facial es aquel procedimiento al que refieren todos los expertos cuando se preguntan qué hacer para cuidar la piel. Aunque hay muchos puntos de discusión en el ámbito de la lucha contra el envejecimiento y de la salud dermatológica, hay algunos aspectos en los que existe un total acuerdo. Mantener una buena higiente facial es uno de ellos.

¿Por qué es importante limpiar adecuadamente la piel?

La limpieza facial es la técnica que permite eliminar todas las impurezas de la superficie del rostro. Tú misma habrás notado que, con el avance del día, se van acumulando suciedad, contaminación, sudor y otras sustancias sobre la cara. Estos taponan los poros y se adhieren al cutis. Por consiguiente, la tez empeora su estado estético y de salud.

La mejor manera de evitar tales consecuencias negativas es, por supuesto, limpiar la piel correctamente. De hecho, entre sus beneficios comprobados, destacan:

  • Retrasa el envejecimiento de la dermis de la cara.
  • Contribuye a mantener un cutis libre de arrugas.
  • Disminuye las probabilidades de sufrir acné.
  • Mantiene un rostro libre de manchas.

Consejos y recomendaciones para una limpieza eficaz

Mantener una buena higiene facial no siempre es fácil. Es preciso saber cómo hacerlo, qué pasos seguir y qué productos usar. En este sentido, vamos a echarte una mano para que puedas efectuar una correcta limpieza facial de manera diaria.

1. Masajea tu rostro

Antes de limpiar la piel en sentido estricto, es necesario masajearla. Esto permite descongestionar los poros y favorecer la circulación de la sangre. Así, haces que la suciedad se desprenda y que, posteriormente, el resultado de la rutina de higiene facial sea el mejor posible.

Evidentemente, es imprescindible realizar el masaje suavemente. En ningún momento has de sentir dolor, aunque sí la presión de tus propios dedos. De igual manera, es crucial que te laves las manos antes de comenzar porque, de lo contrario, ensuciarías todavía más tu tez, algo que, precisamente, quieres evitar a toda costa.

2. Desmaquilla totalmente

Es imposible concebir la higiene facial sin referirse al proceso de desmaquillado. Aunque el maquillaje te ayuda a sentirte guapa y a prepararte para tu día a día, no es bueno mantenerlo sobre el rostro demasiado tiempo. Al fin y al cabo, es una capa que tapona los poros y contribuye a que la suciedad diaria se adhiera.

En este sentido, tras el masaje, es necesario que emplees un buen desmaquillante para limpiar la piel y procura que no quede ningún resto. La retirada ha de ser total, de manera que a la mañana siguiente no acumules más sobre una capa anterior.

3. Lava tu piel

Como es lógico, la higiene facial pasa por el lavado superficial. Es preciso que retires, además del maquillaje, el resto de impurezas que se acumula sobre tu rostro durante el día. Productos tales como el tónico antipolución son ideales para esta tarea.

Gracias a este paso, tu cutis queda liberado del exceso de grasa y de la suciedad de la calle. Has de tener en cuenta, por supuesto, que la limpieza facial nunca pasa por la agresividad. Es decir, evita todo tipo de artículo que no tenga ingredientes naturales y que no respete el pH de tu rostro.

4. Realiza una limpieza facial en profundidad

Es el momento de limpiar la piel de manera definitiva. Mediante el uso de jabones especiales como el mousse limpiador, ya puedes garantizar el total lavado de tu cutis. Es momento de frotar algo más fuerte que en el paso anterior, pero nunca hasta que sientas dolor, pues este siempre es mala señal.

Es fundamental, eso sí, que seques debidamente tu cara al acabar. La humedad no es buena para el correcto mantenimiento de la dermis del rostro, por lo que has de evitarla a toda costa.

5. Aplica productos para el cuidado del cutis

Con tal de cerrar el círculo, te recomendamos encarecidamente que, una vez lavada tu cara, dediques un momento a aplicar productos de cuidado. Estamos hablando de aquellos tales como la loción oxigenante o la mascarilla facial con vitamina C. Al fin y al cabo, son estas pequeñas acciones las que permiten alargar la juventud y mantener una tez lisa y sana.

Siempre, por supuesto, tienes que hacer uso de productos naturales. Únicamente así evitarás alergias, reacciones y daños sobre tus células. Los artículos de esta clase son plenamente respetuosos con tu organismo y con sus equilibrios propios.

En conclusión, ya has visto dónde reside la importancia de la limpieza facial. De igual modo, te hemos comentado algunos consejos para limpiar la piel de la manera más conveniente. Todo ello, además, acompañado de algunos productos que es muy aconsejable utilizar. Ahora queda en tu mano dar el salto a una buena rutina de cuidado de la piel, ¡anímate y disfruta de sus beneficios en tu rostro!

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