¿En qué consiste la doble limpieza facial?

La manera de llevar a cabo nuestra rutina de higiene y cuidado facial es cada vez más diversa. Una de las opciones más conocidas es la doble limpieza. ¿Habías oído hablar de ella? En este artículo, queremos contarte qué es y cuáles son sus beneficios. ¡Sigue leyendo!

¿Qué es la doble limpieza y cómo se realiza?

La doble limpieza es una técnica coreana que consiste en hacer tu rutina de higiene facial habitual en dos etapas y con dos tipos de limpiadores diferentes. En este caso, debes utilizar uno que tenga una base oleosa y otro con una acuosa.

En primer lugar, emplea el limpiador de base oleosa. ¿Por qué? Este producto en aceite proporciona lípidos a la piel y la nutre en profundidad. Además, gracias a su textura, arrastra mucho mejor el maquillaje y las partículas de la contaminación. Por otro lado, si eres de las que no salen a la calle sin protector solar, es el más apropiado para eliminarlo de tu cutis sin mucho esfuerzo.

Si todavía no conoces ninguno oleoso, debes saber que los puedes encontrar en varios formatos y adaptados a todo tipo de epidermis:

  • Limpiador en bálsamo.
  • Leche limpiadora facial.
  • Aceite desmaquillante o agua micelar.

Una vez que hayas completado el primer paso y tengas la piel seca, debes comenzar la segunda parte del proceso, esta vez con el de base acuosa. Este se encargará de retirar las impurezas que quedan en la superficie de la dermis, quitará el sudor y terminará de eliminar los últimos rastros del oleoso.

¿Cómo hacerse una doble limpieza correctamente?

Ahora vamos a darte una serie de indicaciones que tienes que seguir para que tu doble limpieza sea perfecta. Lo primero que debes hacer es, como te hemos mencionado, aplicar el limpiador de base oleosa ejerciendo un suave masaje con las manos. Este es muy importante, ya que con él vas a activar la circulación. Efectúa movimientos circulares por todo el rostro y, especialmente, por las zonas más sensibles, como el contorno de ojos. Para las pestañas, masajea delicadamente a fin de retirar la máscara sin necesidad de frotar.

Cuando hayas dado por concluido el procedimiento, debes enjuagar la tez con agua, sin restregar demasiado, y secar el cutis con suaves toquecitos. A continuación, utiliza el limpiador de base acuosa y, una vez que lo hayas esparcido por la cara, retíralo con delicadeza. Puedes hacerlo también con agua, todo dependerá del tipo que elijas.

Aunque no es un paso obligatorio cuando se lleva a cabo esta técnica, te recomendamos usar un tónico al final. De esta manera, volverás a equilibrar el pH de la epidermis y la dejarás llena de brillo y muy tersa.

Los beneficios de la doble limpieza

Puede que te preguntes si es realmente imprescindible realizar siempre estos dos pasos. Lo cierto es que notarás muchísimo la diferencia. Ten en cuenta que se trata de una limpieza menos agresiva, ya que respeta la dermis y favorece un aporte de lípidos. Asimismo, es una forma de higiene facial más eficaz, puesto que permite una retirada mucho más eficiente de todos los productos que hayas empleado a lo largo del día.

La pulcritud que se logra con esta técnica es mucho más profunda y lo más importante es que no altera el manto hidrolipídico. Olvídate de las tiranteces, pues tu cutis quedará totalmente limpio sin que, por ello, debas renunciar a la suavidad. Por otra parte, cabe destacar que es un tipo de lavado que siempre puedes hacer, independientemente de tu tipo de piel.

Aunque la tengas bastante seca, no contribuirá a que se reseque más. De hecho, es posible que logres un mayor equilibrio en tu dermis si te sometes a esta rutina.

La doble limpieza es la más certera a la hora de eliminar residuos, dado que algunos pueden ser extremadamente difíciles de quitar por completo. No olvides que para que la limpieza esté bien hecha, debes llevarla a cabo con una muselina de algodón, la cual retira las impurezas con mayor eficacia. La acción de los productos que utilices, junto con estos elementos de cuidado de la piel, te garantizan un resultado impecable.

Por último, debemos decirte que, si tu dermis es grasa, esta rutina es ideal para ti. El primer paso no solo va a ayudarte a retirar la suciedad, sino que lograrás expeler el exceso de sebo.

Una vez que tu cutis esté perfectamente acondicionado, tal y como hemos explicado, estará mucho más receptivo a los posteriores tratamientos. Además, tendrá una apariencia mucho más jugosa y saludable. Experimentarás una mejora de la textura, disminución de los signos de cansancio y un tono más unificado.

Así que no lo dudes. Si quieres un cuidado de la piel que sea verdaderamente efectivo, la doble limpieza es una técnica que te va a dar muchas alegrías y con la que notarás la diferencia.

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